Comercios de renombres estaría también involucrados
Los últimos casos de robos de celulares de alta gama ponen en evidencia la compleja red del mercado negro de celulares en Ciudad del Este, donde las propias víctimas de los robos podrían estar, sin saberlo en algunos casos, comprando de vuelta sus propios productos robados. Este preocupante ciclo se ha hecho evidente en el caso de Cell Shop, un conocido establecimiento de Ciudad del Este.
El pasado viernes 19 de enero, un grupo de delincuentes, disfrazados con chalecos de la SENAD, interceptó un camión recién salido del aeropuerto Silvio Petirossi de Luque. Entre la mercancía robada, que incluía celulares de última generación, se encontraba un lote de celulares de la marca iPhone destinado a Cell Shop de Ciudad del Este. Este robo no es un incidente aislado, sino parte de una tendencia creciente en robos de mercaderías de alto valor.
Solo tres días después del robo, el 22 de enero, dos personas se presentaron en la tienda Cell Shop ofreciendo a la venta celulares iPhone 15 Pro Max a precios notablemente bajos. Los representantes de la empresa, atraídos por la oferta, no dudaron en iniciar el proceso de compra. Sin embargo, antes de concretar el pago procedieron a verificar los IMEI de los dispositivos y descubrieron que al menos 5 de los 47 celulares ofertados formaban parte del lote robado días atrás en el departamento central.
Tras este hallazgo, comunicaron el caso a la policía, quienes aprehendieron a las dos personas, identificadas como Sergio Daniel Paiva (44), Eduardo José Candia (37), y una tercera persona que insistentemente llamaba a este último consultando si la venta ya se había concretado. Esta persona fue identificada como Christian Arguello.
Esta situación plantea serias preguntas sobre las prácticas comerciales en el mercado de celulares y electrónicos de alto valor. ¿Es habitual que los comercios establecidos negocien con mercadería de origen dudoso? La predisposición de Cell Shop a adquirir mercaderías para la reventa, entablando tratos con personas de reputación cuestionable que ofrecen productos sin factura, claramente pertenecientes al mercado negro, ya sean robados o falsificados, indica una preocupante normalización de este tipo de transacciones.
Estas prácticas no solo ensucian la imagen de la empresa en cuestión, dejando en duda la calidad y la procedencia de los productos ofertados en el establecimiento comercial, sino que también desprestigian al comercio de Ciudad del Este. Últimamente, ha habido varias denuncias de compradores que fueron estafados de distintas formas y circunstancias, lo que resalta aún más la gravedad del problema.
El problema de la comercialización de celulares robados no se limita a un solo establecimiento. Hay indicios de que este fenómeno se extiende a lo largo de todo el país, y lo más alarmante es que las víctimas, en algunos casos, son quienes fomentan este mercado negro. Estas víctimas se convierten en reducidores de productos o artículos que conocen perfectamente como robados. Los consumidores finales son engañados y, en algunos casos, estafados en cuanto a la procedencia ilícita y la calidad de los productos que adquieren.